dimarts, 30 de desembre del 2008

Dia 36 - Coraline

Coraline és la nova pel·lícula de Henry Selick. El 6 de febrer s’estrena als Estats Units... esper que per aquí no haguem d’esperar massa.

dilluns, 29 de desembre del 2008

Dia 35 - Herrmann

El 24 de desembre de 1975 va morir a Nova York un dels compositors de música de cinema que més ha influenciat. Es tracta del gran Bernard Herrmann. El mateix dia de la seva mort, havia acabat d’enregistrar la banda sonora de Taxi Driver.
Va iniciar-se en la composició cinematogràfica (no estic segura de si aquest terme és correcte) el 1941 gràcies a un altre geni, Orson Welles, per a la seva primera pel·lícula Citizen Cane.
Els dos vídeos següents són sobre la música de Herrmann a les pel·lícules de Hitchcock, fragment d’un documental anomenat Music for the Movies: Bernard Herrmann i el segon és la seqüència de Psycho, és a dir, la de la dutxa.

dissabte, 27 de desembre del 2008

Dia 33 - Edwin i Robby

Cercant al youtube alguna cosa que ara no record, vaig arribar a aquest interessant curtmetratge realitzat per Edwin Schaap, un al·lot de 21 anys. La pel·lícula ha estat vist quasi 2 milions de vegades.

Aquest és l’enllaç a la seva pàgina web http://www.edwinschaap.com/

Aquí tens el vídeo

divendres, 26 de desembre del 2008

Dia 32 - Prosky


Ha mort Robert Prosky, un secundari que de ben segur no pots recordar ninguna pel·lícula però la seva cara et resulta molt familiar. Teatre, televisió i cinema, tots els mitjants van ser vàlids per al talent d'aquest interpret.
Aquesta és la necrològica apareguda al diari El País
Robert Prosky, un gran actor para cada medio
Fue el alma de la serie 'Canción triste de Hill Street'
ROCÍO AYUSO 20/12/2008
El mundo del espectáculo en todas sus formas, televisión, cine o teatro, perdió a uno de sus rostros más populares con la muerte de Robert Prosky. Su nombre no es tan fácilmente identificable pero sí su trabajo: el vendedor desesperado en Glengarry Glen Ross en Broadway, periodista en Al filo de la noticia o Mrs. Doubtfire, y sobre todo el policía conciliador aunque autoritario que leía la cartilla a sus hombres al principio de cada episodio en Canción triste de Hill Street. Prosky falleció el lunes en el centro hospitalario de Washington, en la capital de EE UU, como consecuencia de complicaciones en un procedimiento cardiaco. Su muerte acaeció cinco días antes de su 78 cumpleaños.
Nació en Filadelfia y su verdadero nombre era Robert Joseph Porzuczek. Como la mayoría de los actores, se labró una carrera en esta profesión gracias a su físico. Pero al contrario de muchos otros, en su caso lo que le ayudó fueron sus kilos y canas. El actor era el primero en bromear en todas sus entrevistas que "el pelo y la barriga" fueron las dos razones que le dieron una carrera. "Podía interpretar hombres de 50 años cuando tenía 30, incluso 25 años", comentó este intérprete a la prensa. Lo que se solía callar es que su deseo de ser actor le venía desde el instituto, aunque durante unos años se vio frustrado al hacerse cargo de la carnicería de su padre a la muerte de éste. Quizá fue este periodo de su vida el que le proporcionó las mejores experiencias dramáticas para luego llevarlas a los escenarios y Prosky fue el primero en reconocer que su Willy Loman en La muerte de un viajante, de Arthur Miller, estuvo inspirado en su progenitor.
Prosky debutó en cine en 1981 con el filme Ladrón, de Michael Mann, y desde entonces sus trabajos nunca cesaron, popular quizá por esa oronda silueta en los papeles de periodista ya fuera con William Hurt en Al filo de la noticia, con Robin Williams en Mrs. Doubtfire o con Dustin Hoffman en Mad City. También hubo otros trabajos como abogado de oficio en Pena de muerte (1995) o juez en el remake de Milagro en la ciudad (1994). En el teatro fue candidato a dos premios Tony por su interpretación en 1984 de Shelley la máquina Levene en Glengarry Glen Ross, papel que luego inmortalizaría Jack Lemon en la versión cinematográfica de la obra de David Mamet Éxito a cualquier precio. Su otra candidatura en Broadway la recibió en 1988 con A Walk in the Woods. Pero el mayor reconocimiento de este intérprete le llegó gracias a la pequeña pantalla donde Prosky se convirtió en el alma de la serie Canción triste de Hill Street gracias a su personificación del sargento Stanislaus Stan Jablonski y sus admoniciones a los policías antes de salir a la calle. El papel le llegó heredado tras la muerte de Michael Conrad quien creó el personaje. Pero Prosky supo hacerlo tan suyo que en breve se unió a este reparto múltiple como si hubiera formado parte de él desde el primer día, creando incluso un pasado para su personaje, sargento de policía en otro distrito antes de acabar en Hill Street. Si éste fue el rostro conocido de la televisión en la década de los ochenta (1984-1987), Prosky permaneció en el medio para interpretar a otros personajes como un cura acusado de asesinato en The Practice o de forma recurrente como el padre de Kristie Alley en la también popular comedia Cheers. Prosky permaneció en los escenarios hasta una semana antes de su muerte, trabajando durante más de 23 temporadas en el teatro Arena de Washington, ciudad en la que había fijado su residencia.

Dia 31 - Fábregas


Ha mort Elsa Fábregas, una gran actriu, malgrat que la seva cara no és gaire coneguda, si ho és la seva veu, que l'hem sentida a Lo que el viento se llevó, Gilda, Que fue de Baby Jane, Shakespeare in Love i un bon grapat més de pel·lícules.

Elsa Fábregas era, és, una gran actriu de doblatge.

Aquesta és la necrològica apareguda al diari El País.

Elsa Fábregas, estrella del doblaje español

Dio voz a Vivien Leigh en 'Lo que el viento se llevó' y a Hepburn, Day, Loren, Bergman, Bancroft, Aimée, Christie...

DIEGO GALÁN 24/12/2008

Sin ser conscientes de ello, hemos convivido con Elsa Fábregas desde nuestra niñez. Ella fue quien dio voz a la Vivien Leigh de Lo que el viento se llevó, haciendo inolvidable su juramento de que nunca más pasaría hambre, o a Rita Hayworth humillando a Glenn Ford al confesarle que "ya todos saben lo que soy", poco antes de que él le atizara la famosa bofetada. También fue Elsa Fábregas quien nos hizo amar y odiar a Bette Davis en aquel retorcido personaje de ¿Qué fue de Baby Jane? que, por cierto, ofreció no pocas dificultades a la dobladora, según confesó ella misma... Por la voz de Elsa Fábregas han transitado interpretaciones de Katherine Hepburn, Doris Day, Sophia Loren, Ingrid Bergman, Anne Bancroft, Anouk Aimée, Julie Christie, Jeanne Moreau, Shelley Winters... Incluso quienes no aceptamos el doblaje como sistema para hacer inteligible las películas debemos reconocer el talento de Elsa Fábregas, repartido en 819 largometrajes a lo largo de 73 años. Todo un récord.

Este país ha tenido la desgracia de que se hiciera obligatorio el doblaje en el cine, pero tal barbaridad no ha impedido descubrir a notables talentos en ese arte, especialmente cuando el trabajo se hacía con pocos medios técnicos, lo que se suplía con un serio afán por hacerlo bien y de forma verosímil. Elsa Fábregas y sus compañeros de profesión trataban de imitar las voces o estilos de los actores que doblaban, se aprendían de memoria los diálogos para tratar de devolver el brío y la sinceridad de sus sonidos originales, y hasta sabían dar giros a los caprichos de la censura al tener que cambiar los diálogos. "Lo pasábamos muy mal cuando nos suprimían frases o cuando teníamos que doblar palabras que nadie había dicho", contó la propia Elsa Fábregas en un programa televisivo sobre la censura. Ella misma tuvo que doblar de nuevo a la pérfida ama de llaves de Rebeca cuando los censores abrieron la mano con motivo de la reposición de la película en 1969, o a la Greta Garbo de Ninotchka, y a la Ava Gardner de Las nieves del Kilimanjaro, que como bastantes otras películas fueron revisitadas años después.

También prestó su voz en películas españolas -las de Bardem y Mur Oti, por ejemplo-, reemplazando el a veces mal decir de las jóvenes actrices nacionales en una época en que eso era intolerable. Fábregas ha muerto a los 87 años, aún en activo, cuando prestaba su voz en catalán a una serie de dibujos animados.

dijous, 25 de desembre del 2008

Dia 30 - Idiota americà



Green Day és una banda de rock originària de Berkeley, a l’estat de Califòrnia. Formada en el 1989 amb el nom original de Sweet Children per Billie Joe Armstrong i Mike Dirnt, un any després s’hi afegeix Al Sobrante, i es converteixen en Green Day. Actualment la formació està integrada per Billie Joe Armstrong, veu i guitarra; Mike Dirnt, baix i cors i Tré Cool, bateria i percussió.

Més de 15 milions de còpies es venen del seu tercer disc Dookie (1994).

Però vull centrar el comentari en l'àlbum American Idiot (2004). És una referència a American Idol (l’equivalent a Operación Triunfo). És una òpera punk estructurada en forma de diari que abasta un any en la vida de Jesus of Suburbia. La producció i els arranjaments són impecables. Malgrat que la història sembli pessimista, les cançons són pura energia.

Aquesta és la història (i les cançons):
1. American Idiot: Jesus of Suburbia és un jove de classe mitjana dels Estats Units, està cansat de veure la manipulació en televisió sobre les mentires de l’administració Bush i la Guerra d’Irak.
2. I. Jesus of Suburbia: viu amb la seva mare divorciada i el seu segon marit Brad en el barri de Jingletown. La seva infantesa l’ha passada a base de gasosa, Ritalin, veient la televisió i experimentant amb drogues.
II. City of The Damned: desil·lusionat amb la vida a Jingletown, creu que aquest no és el seu lloc.
III. I Don’t Care: es sent rebutjat i traït pels seus amics de sempre.
IV: Dearly Beloved: l’efecte que allò produeix en la seva ment requereix teràpia psicològica
V: Tales of Another Broken Home: Jesus arriba a la conclusió que no pot viure d’aquesta manera. Decideix fugir del barri i canviar-ho per “La Ciutat”.
3. Holiday: arriba a “La Ciutat” l’1 d’abril. Ha de dormir al carrer en un dia de pluja i vivint la realitat de la gent, que com ell, no creu en la veritat que ven la televisió i la repressió que els mitjans de seguretat fan sobre ells.
4. Boulevard of Broken Dreams: durant un mes, Jesus es sent sol malgrat la bullícia de “La Ciutat” on passeja per les nits, cercant algú amb qui parlar i descobreix que hi ha una frontera en la seva ment. La seva vida a Jingletown era una mentida.
5. Are We the Waiting: Jesus decideix fer un canvi radical de la seva personalitat.
6. St. Jimmy: Jesus adopta la personalitat del seu alter ego “St. Jimmy”, actuant com un criminal impredictible, rebel i violent.
7. Give Me Novocaine: la solitud i la manca de mitjans, l’obliguen a robar menjar essent descobert. Per això ha de complir hores de servei a la comunitat. Per oblidar la soledat acudeix a les drogues.
8. She’s a Rebel: en la festa de la Independència dels Estats Units -4 de juliol- St. Jimmy coneix una al·lota anomenada Whatsername (Comesdigui).
9. Extraordinary Girl: St. Jimmy i Whatsername s’enamoren, però és incapaç de confessar el que realment necessita degut a la seva pròpia inseguretat, malgrat ser, en la intimitat, una al·lota sensible.
10. Letterbomb: junts viuen un temps del diners del subsidi de l’atur. Ella es cansa d’aquesta mena de vida i en una carta dirigida a St. Jimmy expressa la seva frustració i l’abandona.
11. Wake Me Up When September Ends: amb el cor trencat, St. Jimmy cau en una depressió.
12. I. The Death of St. Jimmy: decideix abandonar la seva identitat fingint un suïcidi en la badia.
II. East 12th St.: acaba a comissaria o bé pot haver aconset un treball i s’adona que això no és per a ell.
III: Nobody Likes You: una matinada veient la televisió s’adona que Whatsername l’ha abandonat.
IV: Rock and Roll and Girlfriend: rep una postal del seu amic Tunny on comenta que ha triomfat a la vida.
V: We’re Coming Home Again: decideix tornar a Jingletown amb la seva mare.
13. Whatsername: Jesus torna a l’antiga vida i borra els records, per a començar una nova vida en el lloc on pertany.
Tota aquesta informació l’he extreta de la wikipedia. Les fotos del disco de www.genesisdiscos.com.ar i www.coveralia.com. Aquí tens el vídeo de la cançó que dona títol al disc American Idiot (evidentment del youtube) i per estalviar-te feina de posar l’orella per tal d’esbrinar la lletra, està subtitulada en castellà. Què, t’ha agrada o no?

dimecres, 24 de desembre del 2008

Dia 29 - Santa







Dia 28 - Mulligan


Ha mort Robert Mulligan, un dels grans directors, malgrat no dels més coneguts. Ens ha deixat un grapat de magnífiques pel·lícules: To Kill to Mockingbird, The Other, Summer of 42, The Man on the Moon, The Stalking Moon.
Aquest vídeo correspon al tràiler de l’esplèndida El Otro, que vaig veure fa alguns anys a La Clave i em va fer molta por.

dimarts, 23 de desembre del 2008

Dia 27 - Lenny

Lenny Kravitz, un dels millors músics actuals... i una de les seves millors cançons Are You Gonna Go My Way

dissabte, 20 de desembre del 2008

Dia 26 - The Simpson

The Simpsons és una de les millors sèries de televisió, tant d'animació com "d'acció real". Durant les, fins aleshores, 20 temporades, han fet paròdia de qualsevol tema (política, música, esports, televisió, cinema, medi ambient...) i sempre amb uns bons resultats.
Però, com sempre, lamentar la manca d'atenció en què la televisió emet la sèrie a Espanya (un canal privat que comença per A i acaba per 3). Des de fa molts d'anys -crec que més de 10- al migdia es dedica a reposar una i una altra vegada els episodis, sense respectar l'ordre, pasant d'una temporada a l'altra... lamentable.
I com a mostra, uns vídeos.
A gaudir-ne!

- Paròdies

- Star Wars

- Indiana Jones (la qualitat no és gaire bona, però no he trobat altre enllaç)

- Apple

dimarts, 16 de desembre del 2008

Dia 24 - Mario Benedetti (2)

Mario Benedetti és un escriptor uruguayà nascut el 14 de setembre de 1920 a Paso de los Toros. La primera entrada o post d'aquest blog fou un del seus millors poemes, per no dir, el millor, Táctica y estrategia.

Vaig tenir l'oportunitat d'anar a veure la representació d'una de les seves obres de teatre, Pedro y el Capitán. Fou el diumenge 14 de desembre al Teatre de Mar, a Palma, per la companyia Cascai Teatre, amb una traducció al català de Pere Puig i interpretada per Marcel Tomàs i Jordi Subirach, i direcció de Marcel Tomás. No hi havia ninguna butaca buida

En Pere i el Capità és un intens drama dividit amb quatre parts sobre un torturador i un torturat. És un joc psicològic deu gran intensitat. La tensió va in crescendo. Sembla que el personatge més dèbil físicament també ho ha de ser mentalment, però això no és així, ja que Pere (el torturat) sap com fer malbé al torturador (evidentment, el Capità).

Malgrat que l'obra és de 1979, el tema que tracta és, malauradament molt actual. No cal ningun tipus d'arranjament per tal de actualitzar-ho.

Per acabar, vull fer un apunt "simpàtic" el nom complet de l'autor és Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti Farugia.

diumenge, 14 de desembre del 2008

Dia 23 - Weeds 2

Fa uns dies vaig comentar que Weeds és una de les millors series de televisió.

Afegir que el tema principal Little Boxes està interpretat per diferents i diversos artistes, des de Elvis Costello, a Linkin’ Park, passant per Randy Newman i Rise Against the Machine.

Tot seguit una petita mostra del que és Weeds (de ben segur que almenys faràs un somriure).

dilluns, 8 de desembre del 2008

Dia 21 - Un tipus gelós



Tal dia com avui de 1980 van assassinar John Lennon. Fou davant l’edifici Dakota (sí, allà on vivien Mia Farrow i John Cassavetes a la pel·lícula de Roman Polanski Rosemary’s Baby), a Nova York, per un sonat anomenat David Mark Chapman (existeix una producció de 2007 sobre aquest individu protagonitzada per Jared Leto, el títol original és Chapter 27).

Lennon, després de la separació de The Beatles, va continuar la seva activitat musical creant la The Ono Plastic Band, amb resultats tan excel·lents com els obtinguts amb el quartet de Liverpool. El disc més famós és Imagine, que inclou aquesta fantàstica Jealous Guy.

No cal ninguna efemèrida per escoltar bona música, així que avui és un dia tan bo com un altre per a gaudir de John Lennon.

diumenge, 7 de desembre del 2008

Dia 20 - Conill blanc



Jefferson Airplane fou una banda sorgida a San Francisco. Les seves influències son el moviment psicodèlic i l’LSD. Al llarg del temps el nom del grup ha anat canviant, Jeffeson Starship, Starship i des de 1991 Jefferson Starship The Next Generation.

Grace Slick (que va substituir a la inicial Signe Toly Anderson) és el nom de la solista, amb una veu que sembla trencar-se, però que aporta contundència a les composicions.

El video correspon a l’actuació l’agost de 1969 al mític festival de Woodstock. White Rabbit (que està inclòs al disc Surrealistic Pillow - 1967) està influenciada per les drogues, el Bolero de Ravel i l’Alícia de Lewis Carroll.

El que més m’agrada d’aquest grup és el so. Van aconseguir ser un grup hippie però amb una sonoritat pròpia, molt nítida, fàcil d’identificar. Crec que Jefferson Airplane no té el reconeixement d’altres bandes contemporànies, però sens dubte, és una de les millors, o no?
Per cert, ara Grace Slick, sí encara està viva, es dedica a pintar.


Fonts consultades per a les fotografies:

http://charlotte.creativeloafing.com/gyrobase/Content?oid=97445

http://www.limelightagency.com/Grace-Slick/artwork-gallery/grace-slick.html

dissabte, 6 de desembre del 2008

Dia 19 - Janis

Janis Joplin, que dir d’aquesta veu tant potent, amb tanta força. Cada cançó és una interpretació sublim. Joplin, com la majoria dels artistes, no va tenir una vida agradable. La incomprensió va unida a la vida de Janis. Va viure poc anys (morir el 4 d'octubre de 1970, amb 27 anys), però va deixar un grapat de discos excel·lents.

Pearl, el seu LP pòstum, és un dels millors de la música... imprescindible, cada peça està cantada amb sentiment, Mercedes Benz fou la darrera cançó que enregistrar. Es va deixar tal qual, sense música, a capella...

Cercant al Youtube actuacions de Janis Joplin, he topat amb una curiositat... la veritat és que m’ha sorprès... és Jennifer Love Hewit (actriu bastant limitada) cantant (activitat que desconeixia) en acustic Me and Bobby McGee... està prou bé, no té la vitalitat i força de Joplin, però al menys no és una versió ofensiva (si això de la informàtica va bé, tot seguit ha d’haver-hi el video de l’actuació).





divendres, 5 de desembre del 2008

Dia 18 - Aquí arriba el sol



No descobriré res de nou si dic que The Beatles són uns dels grups més importants de la música mundial... quaranta anys després les seves cançons segueixen essent tan marevelloses com quan foren escrites.

El 29 de novembre de 2001 va morir George Harrison i el 8 de desembre de 1980 John Lennon va ser assassinat. De ben segur que a les notícies ens recordaran a Lennon, però de Harrison no se n'ha fet cap referència.
Des de aquest petit espai, vull recordar al gran músic que fou Geroge Harrison. Té cançons tan espléndides com la del video Here Comes the Sun, a més de My Sweet Lord, Something... de fet crec que les millors composicions del quartet de Liverpool són les seves. Són cançons que fan pujar l'ànim, amb grans dosis d'optimisme i vitalitat.

Si vols saber més, visita la seva web oficial: http://georgeharrison.com/

(Something i Here Comes the Sun van ser editades al genial disc Abbey Road de 1969)

dimarts, 2 de desembre del 2008

Dia 16 - El conte

La meva cultura general és molt televisiva, amb això vull dir que, quan era petita (fa un parell d’anys) el meu entreteniment principal, a part de la lectura, era la televisió, aquest aparell domèstic que va augmentant en polsades vers la cada vegada més devaluada programació.

Recordava un conte sobre una estàtua, una pedra preciosa i un ocell... a més de les il·lustracions magníficament realitzades (no es tractava d’un conte animat, sinó d’un conte amb dibuixos fixos). Durant molt anys he intentat esbrinar títol i autor... però és clar, amb aquestes dades era una tasca difícil.

Un bon dia, el diari El País va editar la col·lecció Relatos breves de grans escriptors i, vet aquí que un dels volums, concretament el número 3, estava dedicat a Oscar Wilde i conté un conte anomenat El príncipe feliz... quina fou la meva sorpresa, era aquell que de petita m’havia agradat tant.

Així que vull compartir aquesta “experiència”... decideix si t’agrada o no.

Per cert, la col·lecció consta de 30 volums. M’he falta el número 18, Torquemada en la hoguera, de Benito Pérez Galdós. Estic “en busca y captura” de l’exemplar...a veure si internet dona bons resultats.

Aquí tens el conte... a disfrutar-ho

El príncipe feliz
Oscar Wilde
En la parte más alta de la ciudad, sobre una columnita, se alzaba la estatua del Príncipe Feliz.
Estaba toda revestida de madreselva de oro fino. Tenía, a guisa de ojos, dos centelleantes zafiros y un gran rubí rojo ardía en el puño de su espada.
Por todo lo cual era muy admirada.
-Es tan hermoso como una veleta -observó uno de los miembros del Concejo que deseaba granjearse una reputación de conocedor en el arte.- Ahora, que no es tan útil -añadió, temiendo que le tomaran por un hombre poco práctico.
Y realmente no lo era.
-¿Por qué no eres como el Príncipe Feliz? -preguntaba una madre cariñosa a su hijito, que pedía la luna-. El Príncipe Feliz no hubiera pensado nunca en pedir nada a voz en grito.
-Me hace dichoso ver que hay en el mundo alguien que es completamente feliz -murmuraba un hombre fracasado, contemplando la estatua maravillosa.
-Verdaderamente parece un ángel -decían los niños hospicianos al salir de la catedral, vestidos con sus soberbias capas escarlatas y sus bonitas chaquetas blancas.
-¿En qué lo conocéis -replicaba el profesor de matemáticas- si no habéis visto uno nunca?
-¡Oh! Los hemos visto en sueños -respondieron los niños.
Y el profesor de matemáticas fruncía las cejas, adoptando un severo aspecto, porque no podía aprobar que unos niños se permitiesen soñar.
Una noche voló una golondrinita sin descanso hacia la ciudad.
Seis semanas antes habían partido sus amigas para Egipto; pero ella se quedó atrás.
Estaba enamorada del más hermoso de los juncos. Lo encontró al comienzo de la primavera, cuando volaba sobre el río persiguiendo a una gran mariposa amarilla, y su talle esbelto la atrajo de tal modo, que se detuvo para hablarle.
-¿Quieres que te ame? -dijo la Golondrina, que no se andaba nunca con rodeos.
Y el Junco le hizo un profundo saludo.
Entonces la Golondrina revoloteó a su alrededor rozando el agua con sus alas y trazando estelas de plata.
Era su manera de hacer la corte. Y así transcurrió todo el verano.
-Es un enamoramiento ridículo -gorjeaban las otras golondrinas-. Ese Junco es un pobretón y tiene realmente demasiada familia.
Y en efecto, el río estaba todo cubierto de juncos.
Cuando llegó el otoño, todas las golondrinas emprendieron el vuelo.
Una vez que se fueron sus amigas, sintióse muy sola y empezó a cansarse de su amante.
-No sabe hablar -decía ella-. Y además temo que sea inconstante porque coquetea sin cesar con la brisa.
Y realmente, cuantas veces soplaba la brisa, el Junco multiplicaba sus más graciosas reverencias.
-Veo que es muy casero -murmuraba la Golondrina-. A mí me gustan los viajes. Por lo tanto, al que me ame, le debe gustar viajar conmigo.
-¿Quieres seguirme? -preguntó por último la Golondrina al Junco.
Pero el Junco movió la cabeza. Estaba demasiado atado a su hogar.
-¡Te has burlado de mí! -le gritó la Golondrina-. Me marcho a las Pirámides. ¡Adiós!
Y la Golondrina se fue.
Voló durante todo el día y al caer la noche llegó a la ciudad.
-¿Dónde buscaré un abrigo? -se dijo-. Supongo que la ciudad habrá hecho preparativos para recibirme.
Entonces divisó la estatua sobre la columnita.
-Voy a cobijarme allí -gritó- El sitio es bonito. Hay mucho aire fresco.
Y se dejó caer precisamente entre los pies del Príncipe Feliz.
-Tengo una habitación dorada -se dijo quedamente, después de mirar en torno suyo.
Y se dispuso a dormir.
Pero al ir a colocar su cabeza bajo el ala, he aquí que le cayó encima una pesada gota de agua.
-¡Qué curioso! -exclamó-. No hay una sola nube en el cielo, las estrellas están claras y brillantes, ¡y sin embargo llueve! El clima del norte de Europa es verdaderamente extraño. Al Junco le gustaba la lluvia; pero en él era puro egoísmo.
Entonces cayó una nueva gota.
-¿Para qué sirve una estatua si no resguarda de la lluvia? -dijo la Golondrina-. Voy a buscar un buen copete de chimenea.
Y se dispuso a volar más lejos. Pero antes de que abriese las alas, cayó una tercera gota.
La Golondrina miró hacia arriba y vio... ¡Ah, lo que vio!
Los ojos del Príncipe Feliz estaban arrasados de lágrimas, que corrían sobre sus mejillas de oro.
Su faz era tan bella a la luz de la luna, que la Golondrinita sintióse llena de piedad.
-¿Quién sois? -dijo.
-Soy el Príncipe Feliz.
-Entonces, ¿por qué lloriqueáis de ese modo? -preguntó la Golondrina-. Me habéis empapado casi.
-Cuando estaba yo vivo y tenía un corazón de hombre -repitió la estatua-, no sabía lo que eran las lágrimas porque vivía en el Palacio de la Despreocupación, en el que no se permite la entrada al dolor. Durante el día jugaba con mis compañeros en el jardín y por la noche bailaba en el gran salón. Alrededor del jardín se alzaba una muralla altísima, pero nunca me preocupó lo que había detrás de ella, pues todo cuanto me rodeaba era hermosísimo. Mis cortesanos me llamaban el Príncipe Feliz y, realmente, era yo feliz, si es que el placeres la felicidad. Así viví y así morí y ahora que estoy muerto me han elevado tanto, que puedo ver todas las fealdades y todas las miserias de mi ciudad, y aunque mi corazón sea de plomo, no me queda más recurso que llorar.
«¡Cómo! ¿No es de oro de buena ley?», pensó la Golondrina para sus adentros, pues estaba demasiado bien educada para hacer ninguna observación en voz alta sobre las personas.
-Allí abajo -continuó la estatua con su voz baja y musical-, allí abajo, en una callejuela, hay una pobre vivienda. Una de sus ventanas está abierta y por ella puedo ver a una mujer sentada ante una mesa. Su rostro está enflaquecido y ajado. Tiene las manos hinchadas y enrojecidas, llenas de pinchazos de la aguja, porque es costurera. Borda pasionarias sobre un vestido de raso que debe lucir, en el próximo baile de corte, la más bella de las damas de honor de la Reina. Sobre un lecho, en el rincón del cuarto, yace su hijito enfermo. Tiene fiebre y pide naranjas. Su madre no puede darle más que agua del río. Por eso llora. Golondrina, Golondrinita, ¿no quieres llevarla el rubí del puño de mi espada? Mis pies están sujetos al pedestal, y no me puedo mover.
-Me esperan en Egipto -respondió la Golondrina-. Mis amigas revolotean de aquí para allá sobre el Nilo y charlan con los grandes lotos. Pronto irán a dormir al sepulcro del Gran Rey. El mismo Rey está allí en su caja de madera, envuelto en una tela amarilla y embalsamado con sustancias aromáticas. Tiene una cadena de jade verde pálido alrededor del cuello y sus manos son como unas hojas secas.
-Golondrina, Golondrina, Golondrinita - dijo el Príncipe-, ¿no te quedarás conmigo una noche y serás mi mensajera? ¡Tiene tanta sed el niño y tanta tristeza la madre!
-No creo que me agraden los niños -contestó la Golondrina-. El invierno último, cuando vivía yo a orillas del río, dos muchachos mal educados, los hijos del molinero, no paraban un momento en tirarme piedras. Claro es que no me alcanzaban. Nosotras las golondrinas, volamos demasiado bien para eso y además yo pertenezco a una familia célebre por su agilidad; mas, a pesar de todo, era una falta de respeto.
Pero la mirada del Príncipe Feliz era tan triste que la Golondrinita se quedó apenada.
-Mucho frío hace aquí -le dijo-; pero me quedaré una noche con vos y seré vuestra mensajera.
-Gracias, Golondrinita -respondió el Príncipe.
Entonces la Golondrinita arrancó el gran rubí de la espada del Príncipe y llevándolo en el pico, voló sobre los tejados de la ciudad.
Pasó sobre la torre de la catedral, donde había unos ángeles esculpidos en mármol blanco.
Pasó sobre el palacio real y oyó la música de baile.
Una bella muchacha apareció en el balcón con su novio.
-¡Qué hermosas son las estrellas -la dijo- y qué poderosa es la fuerza del amor!
-Querría que mi vestido estuviese acabado para el baile oficial -respondió ella-. He mandado bordar en él unas pasionarias ¡pero son tan perezosas las costureras!
Pasó sobre el río y vio los fanales colgados en los mástiles de los barcos. Pasó sobre el ghetto y vio a los judíos viejos negociando entre ellos y pesando monedas en balanzas de cobre.
Al fin llegó a la pobre vivienda y echó un vistazo dentro. El niño se agitaba febrilmente en su camita y su madre habíase quedado dormida de cansancio.
La Golondrina saltó a la habitación y puso el gran rubí en la mesa, sobre el dedal de la costurera. Luego revoloteó suavemente alrededor del lecho, abanicando con sus alas la cara del niño.
-¡Qué fresco más dulce siento! -murmuró el niño-. Debo estar mejor.
Y cayó en un delicioso sueño.
Entonces la Golondrina se dirigió a todo vuelo hacia el Príncipe Feliz y le contó lo que había hecho.
-Es curioso -observa ella-, pero ahora casi siento calor, y sin embargo, hace mucho frío.
Y la Golondrinita empezó a reflexionar y entonces se durmió. Cuantas veces reflexionaba se dormía.
Al despuntar el alba voló hacia el río y tomó un baño.
-¡Notable fenómeno! -exclamó el profesor de ornitología que pasaba por el puente-. ¡Una golondrina en invierno!
Y escribió sobre aquel tema una larga carta a un periódico local.
Todo el mundo la citó. ¡Estaba plagada de palabras que no se podían comprender!...
-Esta noche parto para Egipto -se decía la Golondrina.
Y sólo de pensarlo se ponía muy alegre.
Visitó todos los monumentos públicos y descansó un gran rato sobre la punta del campanario de la iglesia.
Por todas partes adonde iba piaban los gorriones, diciéndose unos a otros:
-¡Qué extranjera más distinguida!
Y esto la llenaba de gozo. Al salir la luna volvió a todo vuelo hacia el Príncipe Feliz.
-¿Tenéis algún encargo para Egipto? -le gritó-. Voy a emprender la marcha.
-Golondrina, Golondrina, Golondrinita -dijo el Príncipe-, ¿no te quedarás otra noche conmigo?
-Me esperan en Egipto -respondió la Golondrina-. Mañana mis amigas volarán hacia la segunda catarata.
Allí el hipopótamo se acuesta entre los juncos y el dios Memnón se alza sobre un gran trono de granito. Acecha a las estrellas durante la noche y cuando brilla Venus, lanza un grito de alegría y luego calla. A mediodía, los rojizos leones bajan a beber a la orilla del río. Sus ojos son verdes aguamarinas y sus rugidos más atronadores que los rugidos de la catarata.
-Golondrina, Golondrina, Golondrinita -dijo el Príncipe-, allá abajo, al otro lado de la ciudad, veo a un joven en una buhardilla. Está inclinado sobre una mesa cubierta de papeles y en un vaso a su lado hay un ramo de violetas marchitas. Su pelo es negro y rizoso y sus labios rojos como granos de granada. Tiene unos grandes ojos soñadores. Se esfuerza en terminar una obra para el director del teatro, pero siente demasiado frío para escribir más. No hay fuego ninguno en el aposento y el hambre le ha rendido.
-Me quedaré otra noche con vos -dijo la Golondrina, que tenía realmente buen corazón-. ¿Debo llevarle otro rubí?
-¡Ay! No tengo más rubíes -dijo el Príncipe-. Mis ojos es lo único que me queda. Son unos zafiros extraordinarios traídos de la India hace un millar de años. Arranca uno de ellos y llévaselo. Lo venderá a un joyero, se comprará alimento y combustible y concluirá su obra.
-Amado Príncipe -dijo la Golondrina-, no puedo hacer eso.
Y se puso a llorar.
-¡Golondrina, Golondrina, Golondrinita! -dijo el Príncipe-. Haz lo que te pido.
Entonces la Golondrina arrancó el ojo del Príncipe y voló hacia la buhardilla del estudiante. Era fácil penetrar en ella porque había un agujero en el techo. La Golondrina entró por él como una flecha y se encontró en la habitación.
El joven tenía la cabeza hundida en sus manos. No oyó el aleteo del pájaro y cuando levantó la cabeza, vio el hermoso zafiro colocado sobre las violetas marchitas.
-Empiezo a ser estimado -exclamó-. Esto proviene de algún rico admirador. Ahora ya puedo terminar la obra.
Y parecía completamente feliz.
Al día siguiente la Golondrina voló hacia el puerto.
Descansó sobre el mástil de un gran navío y contempló a los marineros que sacaban enormes cajas de la cala tirando de unos cabos.
-¡Ah, iza! -gritaban a cada caja que llegaba al puente.
-¡Me voy a Egipto! -les gritó la Golondrina.
Pero nadie le hizo caso, y al salir la luna, volvió hacia el Príncipe Feliz.
-He venido para deciros adiós -le dijo.
-¡Golondrina, Golondrina, Golondrinita! -exclamó el Príncipe-. ¿No te quedarás conmigo una noche más?
-Es invierno -replicó la Golondrina- y pronto estará aquí la nieve glacial. En Egipto calienta el sol sobre las palmeras verdes. Los cocodrilos, acostados en el barro, miran perezosamente a los árboles, a orillas del río. Mis compañeras construyen nidos en el templo de Baalbeck. Las palomas rosadas y blancas las siguen con los ojos y se arrullan. Amado Príncipe, tengo que dejaros, pero no os olvidaré nunca y la primavera próxima os traeré de allá dos bellas piedras preciosas con que sustituir las que disteis. El rubí será más rojo que una rosa roja y el zafiro será tan azul como el océano.
-Allá abajo, en la plazoleta -contestó el Príncipe Feliz-, tiene su puesto una niña vendedora de cerillas. Se le han caído las cerillas al arroyo, estropeándose todas. Su padre le pegará si no lleva algún dinero a casa, y está llorando. No tiene ni medias ni zapatos y lleva la cabecita al descubierto. Arráncame el otro ojo, dáselo y su padre no le pegará.
-Pasaré otra noche con vos -dijo la Golondrina-, pero no puedo arrancaros el ojo porque entonces os quedaríais ciego del todo.
-¡Golondrina, Golondrina, Golondrinita! -dijo el Príncipe-. Haz lo que te mando.
Entonces la Golondrina volvió de nuevo hacia el Príncipe y emprendió el vuelo llevándoselo.
Se posó sobre el hombro de la vendedorcita de cerillas y deslizó la joya en la palma de su mano.
-¡Qué bonito pedazo de cristal! -exclamó la niña.
y corrió a su casa muy alegre.
Entonces la Golondrina volvió de nuevo hacia el Príncipe.
-Ahora estáis ciego. Por eso me quedaré con vos para siempre.
-No, Golondrinita -dijo el pobre Príncipe-. Tienes que ir a Egipto.
-Me quedaré con vos para siempre -dijo la Golondrina.
Y se durmió entre los pies del Príncipe. Al día siguiente se colocó sobre el hombro del Príncipe y le refirió lo que habla visto en países extraños.
Le habló de los ibis rojos que se sitúan en largas filas a orillas del Nilo y pescan a picotazos peces de oro; de la esfinge, que es tan vieja como el mundo, vive en el desierto y lo sabe todo; de los mercaderes que caminan lentamente junto a sus camellos, pasando las cuentas de unos rosarios de ámbar en sus manos; del rey de las montañas de la Luna, que es negro como el ébano y que adora un gran bloque de cristal; de la gran serpiente verde que duerme en una palmera y a la cual están encargados de alimentar con pastelitos de miel veinte sacerdotes; y de los pigmeos que navegan por un gran lago sobre anchas hojas aplastadas y están siempre en guerra con las mariposas.
-Querida Golondrinita -dijo el Príncipe-, me cuentas cosas maravillosas, pero más maravilloso aún es lo que soportan los hombres y las mujeres. No hay misterio más grande que la miseria. Vuela por mi ciudad, Golondrinita, y dime lo que veas.
Entonces la Golondrinita voló por la gran ciudad y vio a los ricos que se festejaban en sus magníficos palacios, mientras los mendigos estaban sentados a sus puertas.
Voló por los barrios sombríos y vio las pálidas caras de los niños que se morían de hambre, mirando con apatía las calles negras.
Bajo los arcos de un puente estaban acostados dos niñitos abrazados uno a otro para calentarse.
- ¡Qué hambre tenemos! -decían.
-¡No se puede estar tumbado aquí! -les gritó un guardia.
Y se alejaron bajo la lluvia.
Entonces la Golondrina reanudó su vuelo y fue a contar al Príncipe lo que había visto.
-Estoy cubierto de oro fino -dijo el Príncipe-; despréndelo hoja por hoja y dáselo a mis pobres. Los hombres creen siempre que el oro puede hacerlos felices.
Hoja por hoja arrancó la Golondrina el oro fino hasta que el Príncipe Feliz se quedó sin brillo ni belleza.
Hoja por hoja lo distribuyó entre los pobres, y las caritas de los niños se tornaron nuevamente sonrosadas y rieron y jugaron por la calle.
-¡Ya tenemos pan! -gritaban.
Entonces llegó la nieve y después de la nieve el hielo.
Las calles parecían empedradas de plata por lo que brillaban y relucían.
Largos carámbanos, semejantes a puñales de cristal, pendían de los tejados de las casas. Todo el mundo se cubría de pieles y los niños llevaban gorritos rojos y patinaban sobre el hielo.
La pobre Golondrina tenía frío, cada vez más frío, pero no quería abandonar al Príncipe: le amaba demasiado para hacerlo.
Picoteaba las migas a la puerta del panadero cuando éste no la veía, e intentaba calentarse batiendo las alas.
Pero, al fin, sintió que iba a morir. No tuvo fuerzas más que para volar una vez más sobre el hombro del Príncipe.
-¡Adiós, amado Príncipe! -murmuró-. Permitid que os bese la mano.
-Me da mucha alegría que partas por fin para Egipto, Golondrina -dijo el Príncipe-. Has permanecido aquí demasiado tiempo. Pero tienes que besarme en los labios porque te amo.
-No es a Egipto adonde voy a ir -dijo la Golondrina-. Voy a ir a la morada de la Muerte. La Muerte es hermana del Sueño, ¿verdad?
Y besando al Príncipe Feliz en los labios, cayó muerta a sus pies.
En el mismo instante sonó un extraño crujido en el interior de la estatua, como si se hubiera roto algo.
El hecho es que la coraza de plomo se habla partido en dos. Realmente hacia un frío terrible.
A la mañana siguiente, muy temprano, el alcalde se paseaba por la plazoleta con dos concejales de la ciudad.
Al pasar junto al pedestal, levantó sus ojos hacia la estatua.
-¡Dios mío! -exclamó-. ¡Qué andrajoso parece el Príncipe Feliz!
-¡Sí, está verdaderamente andrajoso! -dijeron los concejales de la ciudad, que eran siempre de la opinión del alcalde.
Y levantaron ellos mismos la cabeza para mirar la estatua.
-El rubí de su espada se ha caído y ya no tiene ojos, ni es dorado -dijo el alcalde- En resumidas cuentas, que está lo mismo que un pordiosero.
-¡Lo mismo que un pordiosero! -repitieron a coro los concejales.
-Y tiene a sus pies un pájaro muerto -prosiguió el alcalde-. Realmente habrá que promulgar un bando prohibiendo a los pájaros que mueran aquí.
Y el secretario del Ayuntamiento tomó nota para aquella idea.
Entonces fue derribada la estatua del Príncipe Feliz.
-¡Al no ser ya bello, de nada sirve! -dijo el profesor de estética de la Universidad.
Entonces fundieron la estatua en un horno y el alcalde reunió al Concejo en sesión para decidir lo que debía hacerse con el metal.
-Podríamos -propuso- hacer otra estatua. La mía, por ejemplo.
-O la mía -dijo cada uno de los concejales.
Y acabaron disputando.
-¡Qué cosa más rara! -dijo el oficial primero de la fundición-. Este corazón de plomo no quiere fundirse en el horno; habrá que tirarlo como desecho,
Los fundidores lo arrojaron al montón de basura en que yacía la golondrina muerta.
-Tráeme las dos cosas más preciosas de la ciudad -dijo Dios a uno de sus ángeles,
Y el ángel se llevó el corazón de plomo y el pájaro muerto.
-Has elegido bien -dijo Dios-. En mi jardín del Paraíso este pajarillo cantará eternamente, y en mi ciudad de oro el Príncipe Feliz repetirá mis alabanzas.